martes, 10 de noviembre de 2009

LAS EXCAVACIONES EN LA CIUDAD DE POMPEYA

       Pequeña introducción sobre la ciudad de Pompeya: 





Pompeya fue una ciudad romana pequeña, con unos 20000 habitantes, que como he dicho anteriormente, quedó sepultada bajo las cenizas tras la erupción del Vesubio. En un principio, fue una de las muchas colonias griegas de la Península Itálica, conocida como la Magna Grecia. Pompeya ya se había romanizado y se había extendido bajo los preceptos del urbanismo romano. Además, se encontraba en un lugar privilegiado y muy estratégico, ya que era un puerto de mar y geográficamente estaba muy cerca de la desembocadura del río Sarno. Por otro lado, su importancia también se debía al control del monopolio del comercio entre las localidades más allá del río; así como el tráfico marítimo de la bahía cercana a Nápoles. A todo esto había que añadirle el hecho de haber sido fundada en la llanura de Campania, una de las tierras más ricas en producción agrícola de la Península Itálica. Era la clásica ciudad romana por lo que en ella podíamos observar la gran avenida de norte a sur y de este a oeste que luego se juntaba en la parte central en el foro. Era abastecida de agua por un acueducto y esta se distribuía a través de una red de tuberías hasta llegar a fuentes públicas, baños públicos y privados. Todas las calles se encontraban empedradas, lo que permitía el tránsito de carros y carretas. También había aceras elevadas con piedras sobresalientes que permitian a los habitantes cruzar de un lado a otro.


El foro Romano tiene un ágora griega que alude a su fundación y era el centro neurálgico de la ciudad, constituyéndose en el centro municipal y religioso. Los demás edificios de entretenimiento eran semejantes a los de las grandes ciudades del imperio: un teatro, un odeón, dos palestras y el primer anfiteatro de material permanente (argamasa) que existió. El resto de los edificios de la ciudad eran las lujosas domus, las posadas, los restaurantes, las manufacturas téxtiles y una gran cantidad de prostíbulos. Oficialmente, en 1748, la ciudad fue descubierta y sus restos empezaron a excavarse y a ser sacados a la luz; aunque ya se sabía acerca de su existencia desde el año 1550. Pompeya constituye pues una maravilla arqueológica a la que aún le queda mucho por desenterrar a pesar de los años de trabajo que llevan con la tarea. Un paseo por Pompeya, es UN VIAJE EN EL TIEMPO, UN REGRESO A LA CIVILIZACIÓN ROMANA CASI SIN DARNOS CUENTA...


                                                                     CIUDAD ENTERRADA 100 D.C
 
    Donde una vez se erigió una ciudad con vida y encanto, en ese momento sólo había un desierto de cenizas. Pompeya, o lo que queda de ella, antes estaba cerca de la costa y del río. El prócimo puerto de Herculano ha quedado enterrado a una profundidad mayor que Pompeya. Cuando el emperador se acerca para ver los daños ya poco puede hacer; salvo observar cómo la gente de Pompeya intenta recuperar lo que puede entre las ruinas. Algunas personas excavan túneles para recuperar las posesiones más preciadas que han perdido o para encontrar estatuas del foro. Pronto la ciudad se convertirá en una cantera, ya que los albañiles desenterrarán mármoles de gran calidad y adoquines. Muy poco después de la erupción, la ceniza se ha endurecido alrededor de las personas que no pudieron escapar a tiempo. Ahora sus cuerpos son sólo esqueletos. Los trabajadores encargados del rescate  encuentran los huesos dentro de huecos con forma de cuerpo en el fondo de la capa de cenizas. Además, nace un nuevo tipo de vegetación en el suelo, que es muy fértil gracias a las cenizas.
 Por otro lado, la erupción ha ampliado mucho el cráter del monte Vesubio y el majestuoso volcán queda de nuevo inactivo.
 

            POMPEYA OLVIDADA, 1689 D.C

        Han pasado dieciséis siglos desde que el Vesubio entrara en erupción de una manera violenta. La gente llama al lugar "la Cività". Ni tan sólo se recuerda el nombre de Pompeya. Los granjeros, que cultivan albaricoques y vides en la rica tierra de color negro, nunca llegarán a imaginar que las raíces de sus cosechas se entrelazan con hermosas estatuas. 

         Sin embargo... de vez en cuando, Pompeya revela algunos de sus secretos y recuerda a los italianos que existe toda una civilización perdida y enterrada bajos sus pies. Hacia el año 1600, unos trabajadores que excavaban un canal se toparon con los sótanos de los edificios de Pompeya. En ese momento, nadie prestó demasiada atención a las monedas que encontraron o a las cartas grabadas en las piedras que desenterraron. 


           
    En 1748, el rey de Nápoles Carlos II de Borbón comenzó las excavaciones. Hasta el momento se han conseguido excavar unas 45 hectáreas y la cronología de las mismas es la siguiente: 




       - 1594-1600: El arquitecto Domenico Fontana descubrió algunos edificios y unas inscripciones de la Antigua Pompeya mientras construía un canal para conducir el agua del río Sarno a Torre Annunziata. Una piedra con letras hallada en 1763 demuestra, sin duda, que la Cività está situada sobre Pompeya. 



            En los siguientes años se hacen algunos descubrimientos asombrosos. De las palas saltan chispas cuando chocan con las piedras. Pero para los estudiosos, lo que importa son los valiosos adornos. Cuando encuentran hermosas pinturas o estatuas de oro o plata, simplemente rellenan los agujeros donde las han encontrado y siguen buscando. Sin ningún cuidado, la codicia y la rivalidad se ciernen sobre las riquezas de Pompeya. El rey de Nápoles se apodera de las mejores obras de arte para sus colecciones privadas. Las pienzas menos impresionantes son hechas añicos para que no puedan venderse de forma ilegal y los delincuentes a los que se ha castigado a retirar las cenizas de las excavaciones roban pequeños tesoros. Además, nadie se preocupa de hacer un registro de todo lo que se descubre o dónde se descubre. 

       


- 1775: Se constituyó la "Accademia Ercolanese" para estudiar los monumentos de Ercolano y de Pompeya. En este período salieron a la luz la Villa di Cicerone, la Villa de Diomede, el Teatro y la Casa di Julia Felice. Además se dio un gran impulso a los trabajos de excavación en la época de José Bonaparte y Joaquín Murat, por lo que se descubrieron la Basílica, el Foro, el Templo della Fortuna Augusta, las Terme Minori y las casas de Pansa, del Poeta trágico y del Fauno.          




 - Entre 1848 y 1850 hubo un intervalo y a partir de 1851 se estuvo trabajando en el descubrimiento de la Via Stabiana y las Terme Stabiane.





 - En 1860, la dirección de las excavaciones  fue confiada a Giuseppe Fiorelli, que experimentó la sugestiva técnica de los calcos en yeso para revivir la dramática agonia de la ciudad. De hecho, los cuerpos de personas y animales y los organismos vegetales, recubiertos por una gruesa capa de "lapilli" incandescentes, se descompusieron dejando un vacío en le compacto banco de ceniza, colando yeso líquido en estas cavidades, se sacaron unos calcos que reproducían fielmente los ragos de hombres y animales en los últimos instantes de su vida. En este período se escavaron la casa dei Vetti, la Casa degli Amorini dorati, la Casa di Lucrezio Frontone, la Villa dei Misteri y la Casa di Menandro.

 


       


 
En los últimos años, las excavaciones confiadas en un principio a Amedeo Maiuri y luego a partir de 1961 a Franciscis, se han ido  perfeccionando, llegando a descubrir más o menos tres quintas partes de toda la ciudad.






     
 En este mapa ampliado se puede ver de forma más detallada los diferentes edificios importantes de Pompeya y las zonas más importantes de la ciudad.







           






 

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