Pocas ciudades son capaces de combinar tantos testimonios del pasado como Roma, no solo por su antigüedad, ya que fue fundada hace más de 2700 años, sino por el esplendor que alcanzó durante los años que gobernó la civilización occidental.
El Foro Romano, en latín FORUM ROMANUM y al que los romanos se referían como Forum Magnun era el centro de las actividades en la antigua Roma. En él tenían lugar el comercio, los negocios, la prostitución, la religión y la administración de la justicia y era donde se situaba el lugar comunal. El Foro Romano incluye algunos de los monumentos, edificios y zonás más representativas de Roma:
Templo de Saturno: Se encuentra en el extremo occidental del Foro Romano, al sudeste de los Rostra. Su uso principal era el de guardar el tesoro nacional. En la cela del templo era donde se encontraba la estatua de Saturno, que era de madera, estaba rellenada con aceite y llevaba una guadaña. Las actuales ruinas se corresponden con la tercera edificación de dicho templo, tras el incendio del año 283. En la actualidad, sólo se conservan los restos del pórtico frontal, ocho columnas y el frontón parcialmente intacto con la inscripción de Senatus Populusque Romanus incendio consumptum resttituit. Representa una de las imágenes icónicas de la herencia arquitectónica de la antigua Roma.
Templo de Venus: Este templo fue construido por encargo del Emperador Adriano. El santuario, decorado con numerosas columnas fue realizado en el año 135 d. C. y completado sucesivamente por el Emperador Antonino Pío.
Los servicios públicos tenían un ingenioso sistema de calefacción. El aire se calentaba en un horno y circulaba bajo el suelo y a través de conductos en las paredes. En las salas se podía subir y bajar la temperatura. Incluso en el pueblo de Roma más pequeño había servicios públicos. La misma Roma tenía cientos, casi todos gratuitos, incluidas las inmensas termas de Caracalla, un magnífico palacio de mármol y mosaicos que ocupaba 11 hectáreas. Aunque a los romanos les gustaba conservar sus cuerpos sanos y limpios, las termas no solo eran para bañarse o nadar. Eran centros deportivos y de ocio, así como el centro de la vida social. Por lo general, los clientes entraban primero a una sala de vapor caliente llamada "calidarium". Aquí, los ayudantes frotaban los cuerpos de bañistas con aceite de oliva y los raspaban con un "strigil". Los bañistas se enfriaban en el "tepidarium", se daban una rápida zambullida en el frío "frigidarium" y se iban a nadar a la piscina al aire libre.
Coliseo: El anfiteatro Flavio, que conocemos como Coliseo, se inauguró en 80 d.C, cuando exístía una depresión entre el Palatino, el Celio y el Esquilino, donde antes se encontraba el pequeño lago de la Domus Aurea, la suntuosa residencia de Nerón. Fue escenario de innumerables combates de gladiadores y tenía una capacidad para 50000 espectadores. Es el monumento m´s grandioso de la Roma antigua, y a través de los siglos ha sido el símbolo de la eternidad de la Urbe. Se ha conservado gracias al papa Benedicto XIV, quien a mediados del siglo XVIII ordenó que terminara ese expolio y lo declaró lugar sagrado, por la creencia equivocada de que lo había bañado la sangre de los mártires cristianos.
La Domus Flavia: Era la sección dedicada a la actividad oficial del emperador. Estaba formada por un peristilo central, a cuyos lados se alzaban el Aula Regia, al sur, y la basílica o tricilinium, al norte. Por eso la residencia imperial se situaba en el monte Palatino. Con la llegada de Augusto al poder, el barrio aristocrático que era el Palatino pasó a convertirse en auténtica corte imperial. La Domus Flavia era el gran palacio, construida por Domicianoq, que llegó al trono tras el breve reinado de su hermano mayor, Tito, quien creó en la colina el primer palacio dinástico de la historia, hasta tal punto que en todas las lenguas modernas Palatium, el nombre en latín del Palatino, ha venido a significar residencia real. Si se le juzga severamente por su política, sus obsesiones y su crueldad, también es cierto que, como promotor de grandes construcciones en la ciudad de Roma, su actividad fue extraordinaria.
Panteón: El Panteón fue un templo dedicado a todos los dioses y protectores de la familia Julia. Se construyó gracias a Agripa, yerno de Augusto, en el 27 a.C,; fue destruido por un incendio y reconstruido por voluntad de Adriano. Es el edificio romano mejor conservado y una de las cumbres absolutas en la arquitectura universal. Su cúpula sigue siendo la mayor que se haya construido sin emplear hormigón armado y es alegoría de la bóveda estrellada. Se ilumina gracias a un óculo central que simboliza el sol.
El Foro Romano, en latín FORUM ROMANUM y al que los romanos se referían como Forum Magnun era el centro de las actividades en la antigua Roma. En él tenían lugar el comercio, los negocios, la prostitución, la religión y la administración de la justicia y era donde se situaba el lugar comunal. El Foro Romano incluye algunos de los monumentos, edificios y zonás más representativas de Roma:
a) TEMPLOS:
- Templo de Cástor y Pólux: Eran dos famosos héroes, hijos gemelos de Leda y hermanos de Helena de Troya y Clitemnestra. Se les conocía como los Dioscuros, hijos de Zeus. La tradición asocia la fundación de este templo con una leyenda muy popular en la antigua Roma durante la batalla del Lago Regilo entre Romanos y Ltinos. En ella, dos jóvenes y desconocidos jinetes condujeron a los romanos a la victoria e inmediatamente después fueron vistos abrevando sus caballos en la Fuente de Juturna del Foro. Tras anunciar la derrota del enemigo, desaparecieron... Por ello se les conoció como los Dioscuros y el dictador Aulo Postumio Albino, en agradecimiento por la ayuda prestada en la batalla les dedicó un templo en su honor. El culto de los Dióscuros es de origen griego y fue importado a Roma por las ciudades de la Magna Grecia. Estos héroes mitológicos eran hermanos gemelos, jinetes habilísimos tanto en la guerra como en las justas, y por ello protectores de los Juegos Olímpicos.
- Templo de Vesta:
Templo de Saturno: Se encuentra en el extremo occidental del Foro Romano, al sudeste de los Rostra. Su uso principal era el de guardar el tesoro nacional. En la cela del templo era donde se encontraba la estatua de Saturno, que era de madera, estaba rellenada con aceite y llevaba una guadaña. Las actuales ruinas se corresponden con la tercera edificación de dicho templo, tras el incendio del año 283. En la actualidad, sólo se conservan los restos del pórtico frontal, ocho columnas y el frontón parcialmente intacto con la inscripción de Senatus Populusque Romanus incendio consumptum resttituit. Representa una de las imágenes icónicas de la herencia arquitectónica de la antigua Roma.
Templo de Vespasiano y Tito: El emperador Tito inició la construcción del templo en honor a su padre Vespasiano, pero Tito falleció antes de ver terminada su obra. Así pues, Domiciano continuó las labores de edificación y lo dedicó a Vespasiano y a Tito.
Templo de César: Fue hecho construir por el emperador Augusto en el mismo lugar en que fue incinerado el cuerpo de Julio César y donde Marco Antonio pronunció el rito fúnebre. De él sólo quedan unas cuantas ruinas, entre las que destacan el altar redondo erigido, muy probablemente, en el mismo lugar de la pira funeraria.
Templo de César: Fue hecho construir por el emperador Augusto en el mismo lugar en que fue incinerado el cuerpo de Julio César y donde Marco Antonio pronunció el rito fúnebre. De él sólo quedan unas cuantas ruinas, entre las que destacan el altar redondo erigido, muy probablemente, en el mismo lugar de la pira funeraria.
Templo de Venus: Este templo fue construido por encargo del Emperador Adriano. El santuario, decorado con numerosas columnas fue realizado en el año 135 d. C. y completado sucesivamente por el Emperador Antonino Pío.
Templo de Rómulo: Se le identificó durante mucho tiempo con el templo dedicado a Valerio Rómulo, hijo divinizado de Majencio. La planta del edificio es circular, con una fachada curvilínea en cuyo centro se abre la entrada. A ambos lados del edificio se sitúan cuatro hornacinas y dos salas alargadas y con ábside, precedidas por columnas de mármol veateado que debían alojar las estatuas de los Penates. En el siglo VI el templo se convirtió en el atrio de la iglesia de los Santos Cosme y Damián.
Templo de la Concordia: Fue el principal templo de la ciudad decicado a la diosa de la Concordia. Se encontraba en el extremo occidental del Foro Romano. Fue destruido y restaurado varias veces a lo largo de su historia, que se remonta a las luchas civiles del prncipio de la República. Para celebrar la pacificación entre patricios y plebeyos tras la aprobación de las leyes Licinias, el Senado ordena la construcción del templo en honor de la Concordia que Marco Furio Camilo había prometido si la paz se restablecía. Tiberio albergó en él pinturas y esculturas griegas. Parece que ha sido el modelo para templos de la diosa Concordia en otros lugares del Imperio.
Arco de Constantino: Se encuentra al lado del Coliseo Romano. Se construyó en honor de Constantino en el año 315 d.C, 22 años antes de la muerte del emperador para conmemorar su victoria frente al emperador Majencio. El emperador Constantino suele ser considerado el primer emperador cristiano, quien se convirtió a esta religión en su lecho de muerte, recibiendo el sacramento del bautismo. Sin embargo, la mayoría de estatuas y relieves provienen de Marco Aurelio y de estatuas de prisioneros dacios extraidas del Foro de Trajano.
Arco de Septimio Severo: Se encuentra situado en el nordeste del Foro Romano, cerrando la plaa, entre los Rostra y la Curia. Fue edificado para conmemorar las victorias en las campañas del emperador. Está compuesto por tres arcos. Los relieves en los que se alude a las victorias se encuentran muy deterioradas. En la parte superior se encuentra una dedicatoria para Septimio Severo y su hijo Caracalla.
Termas de Caracala: Iniciadas hacia el 212 por Septimio Severo e inauguradas cuatro años después por su hijo, las termas fueron las más suntuosas de las que se construyeron en Roma. Tenían un aforo de hasta 1600 personas dedicadas a diversas actividades. Los mosaicos que aún se conservan hacen justicia de la gran fama ue dio celebridad a las termas de Caracala, ornamentadas con mármoles preciosos y grupos estatuarios. Además de los ambientes destinados al baño, el enorme complejo contaba con palestras, saunas, bibliotecas y salas de reunión. El complejo estaba rodeado de espectaculares jardines.
Coliseo: El anfiteatro Flavio, que conocemos como Coliseo, se inauguró en 80 d.C, cuando exístía una depresión entre el Palatino, el Celio y el Esquilino, donde antes se encontraba el pequeño lago de la Domus Aurea, la suntuosa residencia de Nerón. Fue escenario de innumerables combates de gladiadores y tenía una capacidad para 50000 espectadores. Es el monumento m´s grandioso de la Roma antigua, y a través de los siglos ha sido el símbolo de la eternidad de la Urbe. Se ha conservado gracias al papa Benedicto XIV, quien a mediados del siglo XVIII ordenó que terminara ese expolio y lo declaró lugar sagrado, por la creencia equivocada de que lo había bañado la sangre de los mártires cristianos.
La Domus Flavia: Era la sección dedicada a la actividad oficial del emperador. Estaba formada por un peristilo central, a cuyos lados se alzaban el Aula Regia, al sur, y la basílica o tricilinium, al norte. Por eso la residencia imperial se situaba en el monte Palatino. Con la llegada de Augusto al poder, el barrio aristocrático que era el Palatino pasó a convertirse en auténtica corte imperial. La Domus Flavia era el gran palacio, construida por Domicianoq, que llegó al trono tras el breve reinado de su hermano mayor, Tito, quien creó en la colina el primer palacio dinástico de la historia, hasta tal punto que en todas las lenguas modernas Palatium, el nombre en latín del Palatino, ha venido a significar residencia real. Si se le juzga severamente por su política, sus obsesiones y su crueldad, también es cierto que, como promotor de grandes construcciones en la ciudad de Roma, su actividad fue extraordinaria.
Basílica Julia: Situada al lado sur del Foro Romano era la antigua basílica Sempronia, construida en el año 170 a.C por Tiberio Sempronio Graco, sobre la casa de Escipión el Africano. Julio César reconstruyó sobre el solar de la Sempronia la basílica que habría de ser la más monumental de todas las basílicas republicanas. Acabada durante el mandato de augusto, cambió de nombre para recibir definitivamente el de Basílica Julia. Sufrió varios incendios. Era el lugar donde se encontraba la administración de justicia o donde se podía comerciar. A este espacio se accedía a través de un pórtico en el lateral o en los extremos. El espacio estaba separado por una nave central más ancha. La nave central más alta permitía que se iluminara el interior del edificio a través de una serie de claraboyas. Actualmente sólo se conserva el podio con sus peldaños.
Basílica Emilia: Fue construida por los censores en el año 179 a.C. M. Fulvio y M. Emilio Lépido, recibiendo así el nombre de Basílica Aemilia et Fulvia. A lo largo de los siglos fue modificada y mejorada por varios de los componentes de la Gens Emilia. En el año 14 a.C. fue destruida por un incendio y reconstruida por L. Emilio y por Augusto. Es la única supervivencia de la Roma Republicana. Su función principal era albergar las actividades políticas, económicas y judiciales del Droro cuando el tiempo no permitía que se realizaran en el exterior.
Basílica Ulpia: Es un edificio histórico de Roma. Se trata de una basílica que forma parte del foro y toma su nombre de la dinastía del emperador Trajano. Fue saqueada en la Edad Media: sus mármoles fueron arrancados para construir las iglesias y las casas que luego se erigieron encima. Hoy se halla enterrada casi en su totalidad.
Basílica de Majencio: Estaba revestida de pórfidos rojos y verdes, con incrustaciones de mármoles preciosos, soberbias bóvedas artesonados y con una estatua de Constantino. En el 308 fue cuando Majencio la construyó y era la última y más grandiosa de las basílicas que se levantaron en Roma.
Rostra: En el año 338 a. C, durante la República, el cónsul Cayo Menio se vio envuelto en una batalla contra la flota de los volscos en el puerto de Antium, donde obtuvo una gran victoria. El cónsul mandó entonces arrancar los "rostra" (espolones de bronce que reforzaban la proa de los navíos de guerra y que dio muy buenos resultados) de los
barcos enemigos para trasladarlos a Roma y colocarlos en el muro de la tribuna de oradores del Foro Romano. Desde entonces esta fue conocida como Rostra y se acabó extendiendo ese nombre también para referirse a dichas tribunas. Los Rostra han pasado a la historia porque fueron escenario y testigos grandes sucesos y momentos memorables. Desde esa plataforma por ejemplo, Marco Antonio pronunció su discurso célebre, del cual Shakespeare nos ha trasladado su versión inmortal...
barcos enemigos para trasladarlos a Roma y colocarlos en el muro de la tribuna de oradores del Foro Romano. Desde entonces esta fue conocida como Rostra y se acabó extendiendo ese nombre también para referirse a dichas tribunas. Los Rostra han pasado a la historia porque fueron escenario y testigos grandes sucesos y momentos memorables. Desde esa plataforma por ejemplo, Marco Antonio pronunció su discurso célebre, del cual Shakespeare nos ha trasladado su versión inmortal...
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