jueves, 25 de febrero de 2010

COSME DE MÉDICI


                                    


Es el duque de Florencia y primer gran duque de Toscana. Fue hijo del llamado Juan de las Bandas Negras. Su poder, amenazado por los intentos de restaurar la república de los Strozzi, fue mantenido por la fuerza. El emperador Carlos V le impuso la presencia de guarniciones españolas en sus dominios. Centraizó el poder político y económico, e intentó convertir a Florencia en el centro comercial más importante de la Península Itálica. Mandó construir la galería de los Uffizi e hizo del palacio Pitti una pinacoteca. Con la conquista de Siena (1559) consiguió dominar toda la Toscana.
      En el siglo XV, la familia de los Medici se convirtió en una de las dinastías más poderosas de Europa. Utilizando su encanto, mecenazgo, destrezas, hipocresía e implacabilidad, amasarían una riqueza y un poder sin precedentes en la historia. Utilizarían este poder para impulsar la revolución artística cultural más importante de la historia occidental: el Renacimiento. Da Vinci, Miguel Ángel, Botticelli y Galileo, todos ellos recibieron la influencia de los Medici. Pero el cambio que los Medici estaban impulsando toparía algún día con su mundo ordenado. Un drama épico interpretado en juzgados, catedrales y palacios, los Medici, es tanto la historia de la ambición de una familia poderosa como de la tortuosa lucha por surgir de la alta Edad Media.  Cosme de Médici y su padre crearon el negocio bancario más grande del mundo, entre cuyos "clientes" se encontraban papas y príncipes. Burlándose de sus rivales políticos y estableciendo a su familia en el corazón de la República de Florencia, Cosme utiliza su enorme riqueza para recorrer el continente en busca de antigüedades, respirando aires nuevos en el estudio del pasado. A medida que crece el poder de Cosme, su amigo Brunellechi construye una gran cúpula sobre la catedral de Florencia. Se convertirá en el mayor legado de la arquitectura occidental desde tiempos remotos. Donatello y Lippi crean obras originales para la familia de los Medici y en Florencia lleva a cabo una fiesta religiosa, creando una explosión de aprendizaje clásico y pensamiento creativo. Florencia florece como una nueva Roma. Cuando Cosme florece la república florentina lo declara PADRE DE LA NACIÓN. 
      El nieto de Cosme, Lorenzo, se convierte en una fuerza clave para el Renacimiento a pesar de los ataques de sus enemigos, incluyendo el Papa. Cuando su hermano es asesinado, sus partidarios se vengan de forma inmediata de aquellos que están en contra de la familia de los Medici. Con su refuerzo en el poder, Lorenzo se entrega a la revolución creativa concebida por su abuelo. Algunos de los genios más importantes, que el mundo jamás ha conocido florecen bajo el poder de Lorenzo, como Miguel Ángel, Botticelli, Leonardo Da Vinci, entre otros. Florencia se declara capital cultural del mundo. Pero aparece un contragolpe: Un joven monje llamado Savonarola carga públicamente contra la decadencia y maldad de la ciudad. Cuando Lorenzo muere en 1942, su familia es conducida fuera de la ciudad y Savonarola lleva a Florencia hacia la furia de la purificación fundamentalista. 

     Después de años de caos, otro Cosme de Medici, un pariente lejano de la línea de los Medici originales, es nombrado Duque de Florencia por el consejo de la ciudad. Pero este Cosme pronto abolirá los antiguos sistemas de gobierno, tomando el control directo de la ciudad. Para proteger su nueva administración, paga a Giorgio Vasari para diseñar los famosos Uffizi –oficinas para la familia de los Medici. Vasari también escribe un libro, “Vidas de los artistas”. Es el primer intento de cristalizar la idea del Renacimiento –y ensalzar en el fondo, el genio de los artistas. Después de la muerte de Cosme, un joven científico, Galileo Galilei, se convierte en el tutor privado de varias generaciones de los hijos de los Medici. Apoyado por la familia, Galileo ejerce sus estudios científicos, mejorando el nuevo invento del telescopio y contribuyendo a efectuar un cambio en el nacimiento de la astronomía moderna. Pero sus descubrimientos cuestionan la doctrina católica y es citado a comparecer ante la Inquisición en Roma. Bajo presión, los Medici retiran su apoyo a Galileo y éste abandona la enseñanza. Poco dispuestos a enfrentarse a la Iglesia, los Medici cambian la revolución cultural que ellos contribuyeron a crear y se convierten en acérrimos defensores del “status quo”. Sin embargo, la llama de la libertad que los Medici ayudaron a encender continuará ardiendo, cambiando el mundo para siempre.

 

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